Incomodidad en la retroalimentación
En mi trayectoria como consultor y facilitador me he encontrado con distintas situaciones relacionadas con los procesos y períodos de retroalimentación en las empresas. Para muchas de ellas, en específico para las áreas de Talento o Recursos Humanos, resulta desafiante lograr que la retroalimentación sea una experiencia de diálogo enriquecedor, para reconocer y reforzar el buen desempeño, pero a su vez para reorientar y mejorar las áreas de oportunidad de los colaboradores.
En esta ocasión quiero enfocarme en un tema que, si bien no necesariamente se presenta en todas las sesiones de retroalimentación, si pudiera estar presente en muchas de ellas: la incomodidad.
Por ello, te comparto algunas técnicas para el manejo de la incomodidad durante la retroalimentación, partiendo de algunas premisas:
- La comodidad e incomodidad son parte de la experiencia humana. Pareciera una afirmación superflua, pero al aceptar que sentirnos cómodos o incómodos es propio de la naturaleza humana, nos permiten entender que también nuestros interlocutores o, con quienes dialogamos, también están cómodos o incómodos.
- La comodidad o la incomodidad no tienen una categoría moral, no son ni buenas ni malas. No nos juzguemos por estar incómodos o por estar cómodos. Tampoco juzguemos a los demás.
Técnicas para manejar la incomodidad en la retroalimentación
Al aceptar que la comodidad y la incomodidad son parte de la experiencia humana y no son ni buenas ni malas, nos abrimos a la posibilidad de la aceptación de nuestra situación y, por lo tanto, a la aceptación de una experiencia de retroalimentación que pudiera ser muy provechosa y satisfactoria.
Observar la retro como un proceso y como un proyecto.
En los procesos hay entregables, al igual que en los proyectos. ¿Qué entregable me dejará o tendré de esta retro? ¿Cómo me puede apoyar para mejorar? Recuerda también que cada proyecto es único y temporal. Así son también las retros, no son un estigma que se queda para siempre, sino conversaciones que enfatizan lo relativo al desempeño con relación a un tiempo y contextos determinados.
Visualízate.
Un ejercicio de visualización te permitirá imaginarte la retro con anticipación, independientemente de que seas tú quien ofrece o quien recibe. Algunas preguntas pueden ayudar: ¿con qué actitud quieres estar durante la retro? ¿Cómo te gustaría iniciar el diálogo? ¿En qué te gustaría centrar tu atención? ¿Cómo puedes generar un ambiente positivo para que la conversación sea enriquecedora?
Mantén el enfoque en el propósito de la retro.
Como lo expresé previamente, la retro tienen ante todo el propósito de reconocer y reforzar los aspectos positivos; pero a su vez, reorientar o mejorar las áreas de oportunidad o debilidades. Si durante la conversación se mantiene el propósito, seguramente las conversaciones serán enriquecedoras, entendiendo que a final de cuentas la parte clave es que el desempeño de los colaboradores se mantenga en una constante de desarrollo.
Respira de manera consciente y profunda.
Cada vez son más las personas que hacen de la respiración consciente y profunda una práctica común. La tranquilidad y el enfoque son dos de los efectos más notorios. Así que antes y durante el diálogo de retroalimentación date la oportunidad de realizarla.
Exprésate con asertividad.
Ya sea para expresar todo aquello que ha estado bien, como aquello que no ha ido tan bien, sé genuino y sincero de manera cordial. Asertividad no es ocultar o dejar de expresar información cuando los resultados no se han dado o cuando el desempeño ha sido bajo; asertividad es expresarlo de una manera abierta, tranquila y cordial. Ni pasividad ni, tampoco, agresividad.
Crea el ambiente.
Como toda conversación, la retro también se lleva a cabo en un ambiente determinado. Los participantes pueden considerar dos factores clave para que el diálogo sea en un contexto agradable: elige el lugar y la hora más convenientes. En cuanto al lugar, si es presencial, una oficina o una sala de juntas adecuada puede influir positivamente, sobre todo tomando en cuenta que sea un lugar en el que no haya tanto ruido o en el que otras personas puedan escuchar el diálogo en el que estás participando. Si es a distancia, por alguna plataforma, encender la cámara será de gran ayuda. En cuanto al horario, será adecuado que se lleve prioritariamente por la mañana, ya que hay más frescura y menos cansancio por la jornada laboral.
Agradece.
El hecho de recibir o compartir información acerca de las fortalezas y áreas de oportunidad es sin duda un momento que podemos emplear a nuestro favor. Para quien ofrece la retro, es una gran experiencia para ampliar la confianza y los vínculos con los colaboradores, al reconocer de manera genuina todo lo positivo y al compartir las áreas de oportunidad como una forma de interés por el crecimiento de las personas. Para quien recibe retro, se abre la posibilidad de mostrar el interés de desarrollarse de manera enfocada, al igual que de expandir todo su potencial con la mejora de sus áreas de oportunidad.
Conclusión
La retroalimentación es ante todo un diálogo que posibilita el desarrollo de los participantes, ya sea para quien lo ofrece, pues en sus manos está la opción de su ejercicio de liderazgo de una manera inspiradora, o para quien lo recibe, ya que se le presenta la oportunidad de ampliar su potencial y mejorar en su desempeño.
Considero que estas técnicas pueden ser empleadas en muchos tipos de conversaciones y no solo cuando se trata de retroalimentaciones. La ventaja es que tenemos la opción de elegir y ser cada vez mejores.